Escudriñas en tu pasado anhelando encontrar un porqué para este ahora. Psicólogos y psiquiatras pueden asistirte en una labor por lo demás baldía; quizás un poco de luz, un poco de comprensión, pero poco más.
Ninguna de tus células es la misma que diez años atrás, todo tu cuerpo físico está completamente cambiado ¿También tu mente? Porque es la que mantiene la ilusión de continuidad del Yo. Es tu aprendizaje, tus puedo y tus no puedo, son tus recuerdos y la experiencia que de ellos extrajiste las que mantienen el hilo finísimo -pero firme- que te une a quien fuiste ayer. Tómalo en consideración, si quieres cambiar tu vida.
Porque en algún universo temporal hay múltiples versiones de tu Yo futuro, así que escucha a la persona que un día serás, porque vive a tu lado aunque no puedas verla, te susurra al oído aunque te niegues a escucharla. Ningún futuro está escrito, porque eres tú quien lo está escribiendo letra a letra en este preciso momento. Pero recuerda que nunca es tarde para el cambio, para soñar y hablar con tu sueño sobre el mejor modo de materializarlo.
La intuición, la corazonada, esa sensación fuerte de que sigas el camino incierto que te estira y no sabes por qué. No busques un horizonte cierto, mira ¡las máquinas están abriendo el camino a medida que caminas por él!
¿Es posible que lo que percibimos como intuiciones sean mensajes de un yo futuro? No se sabe, la ciencia aún estudia los agujeros de gusano o puentes de Einstein-Rosen. Sabemos poco, pero aunque la materia no puede viajar en el tiempo, tal vez la información sí.
Por si acaso, no desprecies ese cosquilleo. Relájate un momento y llénate de futuro ¿Qué te está diciendo? Exacto, que sólo tienes que empezar a andar AHORA