martes, 3 de noviembre de 2009

Tan sólo 1 minuto...

Gemí ante el genio de la lámpara. Dame tan sólo 1 minuto en que "imposible" deje de existir, en el que borrar la barrera de sueño y realidad, concédeme tan sólo el deseo de un minuto único y precioso para vivir lo imposible: para experimentar lo que es volar, para abrazar a mi madre en su último suspiro que exhaló tan lejos, para vislumbrar un futuro cierto, para jugar una partida más con el amigo que partió...
¿Cómo sería nuestra vida si se nos concediera un sólo minuto sin posible e imposible? Tal vez un concierto en directo de los Beatles, conocer el resultado de la lotería futura o apretar la mano del hermano que no llegaste a conocer.
Ese minuto que jamás vivirás, pero que eres capaz de ensoñar, guárdalo en lo más profundo de tu ser. Porque es tan TÚ como los millones de minutos que vivirás y has vivido, porque habla de tus frustraciones y tus anhelos, porque quizás sea un instante, pero vale la pena creer que, aún en sueños, la vida a veces nos hace un regalo. Porque es tu tesoro particular.

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