martes, 12 de abril de 2011

Como el agua....

que me da el nombre de "el Planeta Azul", así los seres humanos son físicamente agua en mayor parte.
Si ya has vivido unas décadas, habrás observado que también las personas son como el agua en sus emociones, ese ramillete evanescente que las define más aún que su apariencia física.
Porque hay personas que son como un arroyo cristalino y fresco, que riegan de risas y alegría las vidas de quienes están cerca.
Y hay personas tumultuosas como una catarata, que arrastran con su ímpetu y te dejan a merced de la corriente. Hay personas que son como una lluvia plomiza que no cesa, inmersos en sus emociones siempre grises y uno no sabe cuando está cerca cómo desembarazarse de tan triste tiempo.
Y hay personas que son charcas estancadas, repletas de insectos y lodo, y a quien cae en ellas parece perseguirles la maldición de encontrar arenas movedizas bajo sus pies cuando se alzan para salir.
Y hay personas que son como agua de mayo, la que hace crecer las cosechas y que los frutos se multipliquen, y alimenten y sean buenos para quien se acerque.
Aunque en cada ser humano vivan todas estas aguas en varios momentos, sólo hay Una: la que la persona elige Ser