viernes, 27 de julio de 2012

Montañas

Y al sentirla coronar su cima, la Montaña -conmovida- habló: "Atesora este instante precioso en el que todo está bien y sientes la luz de cada esfuerzo, de cada "no puedo" que decidiste no pronunciar, de cada herida y cada lágrima que te trajeron hasta mí. En el suave descenso por valles y colinas guardarás en tu corazón la sabiduría de la dura ascensión y sabrás, para siempre, que PUEDES".
 Y ella agradeció a la Vida que existieran montañas que le mostraran su más profundo y desconocido Yo.